Argentina ha limitado la compra de tierras por empresas y gobiernos extranjeros, inclusive.
El Senado aprobó, casi por unanimidad, con el apoyo de la mayoría de la oposición, una ley que impedirá que los extranjeros posean más del 15% del territorio de Argentina, el octavo país más extenso del mundo y uno de los más ricos en producción de alimentos y reservas de aguas.
Brasil ya había reaccionado ante esta situación con una ley que limitó la propiedad extranjera de tierras. Ahora lo hace Argentina.
Uruguay también analiza poner límites a la compra de tierras por parte de Estados extranjeros.
Canadá, y EE.UU., ya han hecho lo propio.
Sin embargo en Panamá, no hay ninguna norma legal que limite la adquisición de tierras estratégicas para personas extranjeras ajenas a gobiernos, por lo que se permite la compra de todo.
El Diario La Prensa de Panamá informa: “En un intento por ocultar un masivo acaparamiento de tierras vírgenes y boscosas en la zona minera de Donoso –provincia de Colón–, venezolanos se ampararon en la creación de sociedades anónimas y fundaciones”.
Como país, no tenemos visión de futuro, en este sentido, como en otras latitudes, y no a muchos le interesa al parecer, el futuro de nuestras generaciones que no tendrán, de seguir la política de venta abierta, la oportunidad de adquirir, a la postre, alguna porción de tierra para cultivar, para producir y hasta para vivir; ya que todo inmueble, podría estar en manos de los acaudalados foráneos de hoy.
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