Para ir mitigando cada día más, el flagelo de la corrupción, pudiéramos hacer lo que sigue:
1. Una mejor rendición de cuenta de parte de los funcionarios que ejercen mando y jurisdicción.
2. Una ideal política de transparencia en el uso de los fondos públicos y divulgación de esa información al ciudadano.
3. Una mejor fiscalización de parte de la Contraloría, sobre los actos de manejo de fondos y bienes públicos.
4. Una mejor política jurídica en cuanto a las adquisiciones de bienes y servicios.
5. Una adecuada estrategia de información, sobre la necesidad de cultivar los valores, en la comunidad.
6. Una política gubernamental que tienda a fortalecer a la familia, como el principal núcleo en la sociedad.
7. Permitir en mejor medida a la sociedad, a que participe en calidad propositiva, en las políticas de estado.
8. Incentivar al funcionario a que cumpla el código de ética de su entidad y a las empresas particulares a crearlo.
9. Fortalecer las vías, para que los medios de comunicación social, puedan seguir divulgando, sin presión alguna, los hallazgos que encuentre, de manera veraz y objetiva.
10. Incentivar a las empresas a que premien, cada cierto tiempo, la bondad y la honradez de sus empleados.
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