Panamá le ha abierto las puertas a muchas nacionalidades, apasionadamente, no obstante las autoridades, no han invertido tiempo ni esfuerzo para explicarles a los nacionales, el por qué de las mismas, ni mucho menos, sobre cuál es el camino a tomar, en materia de extranjerización, hacia el futuro.
Normas aprobadas, que ameritan, al menos, una explicación a la ciudadana.
- Decreto Ejecutivo No. 804 de 2012, que crea la residencia permanente en calidad de extranjero profesional, para el que aporte copia del diploma o título universitario, licenciatura, maestría o doctorado, siempre que la profesión no esté limitada por Constitución a los panameños. Para esta residencia no es necesario que el que aporte el titulo, ejerza la profesión del diploma o que cuente con mayores recursos. ¿Cómo nos explicamos esto? ¿Es eso indispensable para el país?
- Decreto Ejecutivo No. 547 de 2012, que establece los requisitos de los procesos de regularización migratoria extraordinaria, para los extranjeros que no cuentan con recursos propios y que se encuentran ilegales en Panamá. ¿Alguien podrá garantizarnos, que los mismos no afectarán en el futuro a los panameños ni a otros extranjeros con estabilidad propia en el país?
- Decreto Ejecutivo No. 380 de 2012 que permite, que nacionales de 39 países entren, a sus anchas, sin visa a Panamá, independientemente, de que tengan o no, recursos económicas para invertir.
- Decreto Ejecutivo No. 2 de 2013 que permite la residencia permanente a aquellos extranjeros que el presidente de la república recomiende, por razones de interés nacional o de prestación de algún servicio al Estado.
No percibo una definición clara en materia migratoria en Panamá.
Esta falta de definición migratoria, podría producir a corto o a mediano plazo, lo siguiente:
- Que colapse el sistema de salud, por la atención a los menesterosos foráneos.
- Que haya una competencia desleal laboral del extranjero, hacia el nacional panameño.
- Que nuestras tradiciones se vayan perdiendo, para abrirle paso a las fiestas y costumbres extranjeras.
- Que se vayan practicando, nuevas figuras delictivas.
- Que se vaya aumentando el alto costo de la vida, producto de servicios, que el panameño no podrá pagar, fácilmente, pero algunos extranjeros sí. Ejemplo. El empleo doméstico.
- Que muchas tierras vayan siendo de propiedad de extranjeros, sin limitación alguna. Argentina, Brasil etc., ya han puesto límites para la extranjerización de tierras, por efecto del agro, ganadería y otras actividades.
- Que aumente la población en el país, pero no por los nacimientos de nativos, sino por la afluencia extranjera.
Por lo antes expuesto, urge una definición seria y clara sobre lo que queremos como país, misma que debiera ser explicada, y hasta consultada con los nacionales panameños.
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